Aventuras ocasionales el Poblenou
En declaraciones a los medios tras el Desayuno de Sant Jordi en el Ayuntamiento junto a Ada Colau, la vicepresidenta segunda ha asegurado que "una fiesta que toma las calles con libros, rosas, lenguas diversas y culturas diversas, que pone en el centros la literatura, es algo maravilloso, que transforma sin lugar la duda la vida y las gentes". Más bellezas para conocer: Putas en anuncios Usuario, Escorts exclusivas Xirivella, Putas bisexuales Monte Grande
Con las plazas siempre hay preferencias. Te quedas con las de tu barrio o te aventuras en busca de otras explanadas de adoquines, terrazas, bancos y arboledas. Abrimos casting de plazas. Cuando descubres el pequeño paraíso de la plaza de Sant Gaietà , te apetece hacer un pacto mudo con el lugar. Esta placita escondida en los intersticios de Sarrià se mantiene esplendorosa gracias al trato íntimo de una vecina, que cuidan con esmero su repertorio vegetal. Sus habitantes han creado un pequeño oasis repleto de tiestos, jarrones y enredaderas.
Plaza de Sant Viçenç. Aquí el sol incide siempre amablemente. Coronando la fuente central, la estatua de piedra de Sant Vicenç sigue viendo cómo a su alrededor se ruedan anuncios y se pintan cuadros. Acceder a la plataforma sobre la cual destaca la plaza de Sant Agustí Vell es como rendirse a un glorioso sortilegio. Todo parece bello si nos recostamos en la terraza del Restaurant Joanet: el toldo verde del bar y su puerta de madera, la triple fuente rematada con farolas que divide el paso, las ramas arqueadas formando un bosque de reflejos, y las vistas a la parte medieval porticada que hacen pensar en el antiguo convento de Sant Agustí, ubicado justo donde ahora tomas un café.
Plaza de Sant Pere. La cercana plaza de Sant Pere también sigue el rastro de la Barcelona medieval. Sobrecoge el contraste entre los muros de la iglesia, que muestran vestigios de los mil cambios que ha sufrido este templo, y la forja de hierro de la fuente modernista diseñada por Pere Falqués en El resto es una cuesta de asfalto encantadora.
Plaza de los Traginers. Plaza del Rei. Tratas de cerrar la boca mientras te pierdes en la contemplación de esa confluencia de edificios monumentales góticos y renacentistas. Te abruma la llanura de losas y la cercanía de la catedral , tanteas la tentación de visitar el Museo de Historia de Barcelona y ni así dejas de escuchar la disonante carcajada pétrea que te dedican esos monstruos de piedra desde las alturas.
Plaza de Sant Felip Neri. Por suerte, encuentras refugio en la incomparable plaza de Sant Felip Neri. En esta placita resguardada del ruido quedan lejos los recuerdos de bombardeos de la guerra civil.